Si preguntas a un estudiante español, y no digamos si es anglosajón, sobre el número de víctimas mortales que pudo causar la Inquisición Española durante el periodo en que estuvo vigente, seguro que afirma que fueron decenas de miles, cientos de miles o incluso millones. Teniendo en cuenta que en la película «Código da Vinci», Tom Hanks suelta que «la Iglesia quemó en la hoguera a cinco millones de mujeres» sin que ningún dato fehaciente acredite ese número, cualquier cifra es posible.
La primera persona que llevó a cabo un supuesto recuento de las víctimas mortales de la Inquisición Española fue el sacerdote Juan Antonio Llorente, un afrancesado que estuvo al servicio del hermano de Napoleón durante la ocupación francesa, el rey José I, acató la Constitución de Bayona, llamó «plebe canalla y vil, pagada por el oro inglés» a los héroes que se levantaron el 2 de mayo, fue nombrado por los franceses Consejero de Estado para Asuntos Eclesiásticos y que en otros tiempos habría sido comisario de la Inquisición. A causa de sus tratos con los franceses durante ocupación francesa tuvo que huir a Francia en julio de 1813.
Durante su estancia en Francia escribió la obra por la que es conocido: «Historia Crítica de la Inquisición Española» que fue publicada en Francia en 1817. Según consta en la «fuente del todo el saber para el habitante medio del siglo XXI», Wikipedia, para escribirla «se había documentado rigurosamente durante su época en el tribunal». Y en base a esa «rigurosa documentación» afirmó que las víctimas de la Inquisición Española habían sido 341.021, de las cuales 31.912 fueron quemadas (vivas o muertas); 17.659 quemadas en estatua, y 291.450 penitenciadas.
La obra de Llorente, un afrancesado que tenía muchas cuentas pendientes con España y que obtuvo grandes beneficios vendiendo sus escritos en Francia, fue durante decenas de años la base de muchas investigaciones realizadas sobre la Inquisición Española y fuente básica de la Leyenda Negra que en la actualidad rodea al Tribunal del Santo Oficio.
Las cifras de Llorente no empezaron a ser puestas en duda hasta el siglo XX. Por ejemplo en 1934, Ramiro de Maetzu escribió un artículo en ABC en que se podía leer lo siguiente:
«Tengo sobre la mesa un folleto, «anticipo de un libro», titulado: Inquisición sobre la Inquisición, por el mejicano D. Alfonso Junco. Como buen americano se educó en la idea de que la Inquisición había matado a tantos indios como en tiempos paganos y caníbales se sacrificaban por millares a dioses insaciables. Se encontró con que, en tres siglos, la Inquisición no había hecho en toda la Nueva España más que 43 víctimas, ninguna de los indios, expresamente exentos de su jurisdicción.
En su Historia de la Inquisición, nuestro inefable Juán Antonio Llorente, calculó que sus víctimas habían sido 341.021, de las cuales 31.912 fueron quemadas (vivas o muertas); 17.659 quemadas en estatua, y 291.450 penitenciadas, muchas de ellas con penitencias de índole espiritual, «como salir los viernes en procesión de disciplinantes». Pero en estos años se ha empezado a revisar las cuentas de Llorente. Del tribunal de Córdoba dice el grandísimo embustero que hizo ejecutar, en total, a 2.127 víctimas. El Sr. Ramírez de las Casas examinó sus autos de fe. Resultó que los ajusticiados fueron 36. Llorente había dicho que el tribunal de Canarias hizo matar a 1.118 personas. Revisados sus autos por el Sr. García Rodrigo, quedó la cifra reducida a 13 víctimas. Los demás números de Llorente tienen el mismo fundamento que los de Córdoba y Canarias.»
Jaime Contreras (catedrático de Historia en la Universidad de Alcalá de Henares) y Gustav Henningsen (historiador) examinaron los documentos que los distintos tribunales inquisitoriales regionales, provinciales o de distrito tenían que enviar cada año al Consejo de la Suprema y General Inquisición. En dicha documentación lograron establecer que las causas abiertas por la Inquisición Española entre 1550 y 1700 fueron 44.674 y que durante ese periodo el Santo Oficio condenó a muerte 1.346 personas. Esas cifras las expusieron en su obra publicada en 1977 «El banco de datos del Santo Oficio. Las relaciones de causas de la Inquisición Española».
Por su parte Henry Kamen, el famoso hispanista autor de «Inquisición Española, Historia y Mito» ha calculado que la Inquisición sólo hizo ejecutar al 2 % de los acusados que encausó, lo que vendría a arrojar una cifra de cerca de 3.000 condenados en todo el territorio de la monarquía hispánica, incluidos los Virreinatos de América y de Italia en los casi cuatrocientos años que duró.